Vicente Pérez Rosales fue un hombre de excepción. Vivió en Argentina, estudió en París y, contagiado por la fiebre del oro, buscó fortuna por varios años en California. Ya de regreso en Chile, en 1852 el presidente Manuel Montt le encomendó la tarea de organizar el asentamiento de inmigrantes alemanes en el territorio entre Valdivia y Llanquihue. A cambio de tierra, animales y materiales de siembra y construcción, Chile logró atraer a un contingente de inmigrantes alemanes que han sido una contribución fundamental al desarrollo de nuestro país -Paulmann, Von Appen, Kauffmann y Schiess, por nombrar algunos.
En reconocimiento a su exitosa gestión, en 1855 fue designado cónsul en Hamburgo, desde donde continuó el reclutamiento de inmigrantes europeos -Luksic, Angelini, por nombrar a otros. Un seguimiento más acabado permitiría fácilmente argumentar que ésta ha sido una de las políticas públicas más inteligentes y rentables de la historia de Chile.
En el siglo XIX la agricultura tenía un peso mayor en la economía mundial y unas cuántas hectáreas fueron suficientes para atraer a numerosos europeos para generar polos de desarrollo económico y social. En el siglo XXI, sin embargo, no es la tierra el principal activo, sino el conocimiento. Si Chile quiere crecer a tasas sostenidas debe atraer más talento global, pues el que tiene actualmente, es insuficiente. Inspirado en la gran visión de Montt y Pérez Rosales, el presidente de La República Sebastián Piñera, el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, y el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Hernán Cheyre, se han propuesto un desafío enorme: atraer a Chile a 1.000 emprendedores residentes en el extranjero (también chilenos) para que se establezcan en Chile por seis meses y desarrollen sus proyectos innovadores. A cambio, los emprendedores seleccionados reciben US$ 40 mil en capital de trabajo para vivir y cubrir gastos de operación y puesta en marcha, oficina, internet y un network local para acelerar el desarrollo de sus negocios y asegurar que su experiencia en Chile sea memorable. Durante ese período, el equipo de Start-Up Chile, y todos los chilenos, deberemos desplegar nuestros talentos y redes locales para desarrollar estos 1.000 potenciales nodos que aumentarán el ancho de banda de la conexión de Chile a la red global.
Start-Up Chile es una apuesta sumamente audaz que está captando la atención de los principales medios de comunicación extranjeros. The Economist, Forbes, Tech Crunch, Bloomberg, Reuters, Le Point, Folha, y varios otros, lo han destacado como un ejemplo de política pública innovadora, que de resultar, tiene el potencial de convertir a Chile en un polo de innovación y emprendimiento regional.