Volatilidad cambiaria y presión sobre el banco central
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Las variaciones que se han venido observando en el nivel del tipo de cambio durante los últimos meses dan cuenta de una gran volatilidad. Y aunque las fluctuaciones en el precio del dólar son inherentes a un régimen flotante, no se puede desconocer que la actual coyuntura está siendo especialmente compleja para Chile, ya que a las variaciones en el precio de las materias primas se suma un fortalecimiento del dólar en los mercados internacionales y una elevada incertidumbre interna debido al proceso constitucional.
En la medida que esta tendencia responde a fuerzas que no son controlables, no es mucho lo que se ganaría liquidando reservas.
Las últimas jornadas han sido particularmente volátiles en el mercado cambiario local, si bien predominando una tendencia alcista, al punto de que durante la semana pasada el tipo de cambio nominal alcanzó su más alto valor histórico, superando los 920 pesos por dólar. En este contexto, el ministro de Hacienda anunció que desde esa cartera se iban a liquidar US$ 5 mil millones en un período de 60 días, a razón de US$ 200 millones diarios.
A pesar de tratarse de una cifra que no es especialmente significativa en consideración a los volúmenes normales de transacciones, y de que este tipo de operaciones son normales de parte de Hacienda -ya que su presupuesto es superavitario en dólares y deficitario en pesos-, la forma como fue anunciada la decisión fue interpretada como una “intervención verbal”. Por tanto, el efecto se hizo sentir en la apertura de los mercados al día hábil siguiente, lo que provocó una baja inicial en el tipo de cambio, que luego empezó a revertirse rápidamente; y ya ayer se perforó nuevamente el valor máximo histórico, superando esta vez los 930 pesos por dólar.
En estas complejas circunstancias, habrá presiones sobre el Banco Central para que efectúe una intervención masiva liquidando parte de sus reservas. Sin embargo, en esta materia el instituto emisor no tiene margen para equivocarse: en la medida que esta tendencia responde a fuerzas que no son controlables, no es mucho lo que se ganaría interviniendo, y peor aún, la posición de reservas del país quedaría debilitada, en circunstancias de que en un futuro próximo su utilización podría ser más necesaria.