Una propuesta para regular a las FinTech

unque el envío al Congreso de una iniciativa para regular los sectores FinTech y “open banking” había sido comprometido para 2019, ayer finalmente se conocieron los detalles del anteproyecto de ley preparado por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y entregado al Ministerio de Hacienda en noviembre pasado. Como es bien sabido, el rubro FinTech es un componente esencial de los mercados financieros en la nueva economía digital, y la propia CMF admitió recientemente que la falta de “una regulación financiera específica (ha) limitado su desarrollo y abre el espacio para potenciales riesgos para los usuarios”.

La variedad de los elementos contemplados en el perímetro de fiscalización del regulador da cuenta a la vez de la sofisticación que ha alcanzado este sector, como de la complejidad de fiscalizarlo de forma eficaz: plataformas de financiamiento colectivo (crowdsourcing); sistemas alternativos de transacción; empresas enrutadoras de órdenes; custodios de instrumentos financieros, asesores crediticios, entre otros.

Por otra parte, si bien hace un par de meses llamó la atención que el anteproyecto de la CMF no incluyera en esta lista a los criptoactivos, finalmente sí fueron incorporados como instrumentos financieros en tanto “representación digital de unidades de intercambio de dinero, bienes o servicios”. La reticencia original parece dar cuenta de una discusión aún en curso respecto de qué son y qué rol cumplen efectivamente los criptoactivos en la economía digital (y la consecuente dificultad de consensuar enfoques regulatorios en la materia); la inclusión final, en tanto, sugiere conciencia sobre la velocidad de los cambios y el enorme potencial disruptor de las innovaciones tecnológicas financieras, que exigen del regulador la capacidad de adaptarse a esas dinámicas y funcionar en consecuencia.

Como en otros ámbitos de la nueva economía —los impuestos a los servicios digitales, por ejemplos—, la regulación de las FinTech presenta un gran desafío para el Estado, y es otro poderoso recordatorio de su postergada modernización.