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Alto contrasteUn recordatorio de las cosas básicas
Nadie ha quedado indiferente a la tragedia aérea de Juan Fernández, donde fallecieron los 21 ocupantes de un avión de la Fuerza Aérea.
Nadie ha quedado indiferente a la tragedia aérea de Juan Fernández, donde fallecieron los 21 ocupantes de un avión de la Fuerza Aérea.
La notoriedad pública de algunas de las personas que viajaban en la aeronave ha sido un factor fundamental para explicar la masiva reacción de pesar ante el accidente que no deja sobrevivientes. Pero, sin duda, que lo que más ha llamado la atención es que se trataba de personas que pese a sus distintos oficios, iban con un mismo fin: ayudar en la reconstrucción en uno de los puntos del país más golpeados por el maremoto que se produjo tras el terremoto del 27 de febrero del año pasado. Y eso es lo admirable de todos ellos.
Sucesos tan trágicos como éste sirven como recordatorios de cosas tan básicas como el hecho de que una parte de nuestro país aún no vuelve a la normalidad tras los sucesos ocurridos durante el 27 de febrero y que, pese a que las estadísticas digan otra cosa, aún falta mucho por reconstruir.
Sin restarle importancia al resto de los ocupantes del avión, Felipe Cubillos es un ejemplo del importante apoyo que los privados pueden llegar a representar para el quehacer público, especialmente cuando éste no lo puede hacer con toda la celeridad esperada.
