Un fallo de cátedra
El Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) acaba de pronunciarse sobre la fusión LAN-TAM, entregando un fallo trascendente por la gran relevancia que involucra para el desarrollo de la industria aérea local y para el consumidor en general.
El Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) acaba de pronunciarse sobre la fusión LAN-TAM, entregando un fallo trascendente por la gran relevancia que involucra para el desarrollo de la industria aérea local y para el consumidor en general.
El tema no es menor si lo vemos con una mirada global. La fusión LAN-TAM permitirá la creación de la mayor aerolínea a nivel latinoamericano, una oportunidad difícil de alcanzar por LAN de manera independiente, pese a haber demostrado en estos años un excelente manejo de gestión y contención de costos. Chile es una economía pequeña y lejana de los centros de consumo, lo cual hace prácticamente impensable levantar desde estas latitudes un gigante de la aviación, sin mediar antes una fusión con otro operador de gran tamaño.
Por eso el fallo elaborado por el TDLC fue de cátedra y estuvo a la altura de lo que se requería y esperaba. Porque aquí primaron dos criterios importantes: no obstaculizar la expansión de las empresas chilenas, así como cuidar que dicho crecimiento se traduzca también en beneficios para los consumidores chilenos y, hasta se podría decir, de los pasajeros latinoamericanos.
Las condiciones impuestas a las aerolíneas LAN y TAM no son draconianas, sino pensadas desde el punto de vista local y global, y con una mirada de largo plazo. Asimismo, se nota tras leer el fallo, que hubo un real esfuerzo por entender a una industria globalizada, competitiva, pero que sin reglas claras, sin los cuidados que se necesitan en términos de regulación, puede provocar un fuerte impacto en el consumidor y en el desarrollo de futura competencia.