Sucesión en el FMI: ¿un asunto de nacionalidad?
Un encendido debate es el que se ha iniciado en diversas latitudes del mundo...
Un encendido debate es el que se ha iniciado en diversas latitudes del mundo en torno a la nacionalidad que debería tener un eventual sucesor de Dominique Strauss-Kahn como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), tras la compleja situación en la que se encuentra el hoy titular del cargo.
Por décadas ha existido un acuerdo entre las superpotencias que se ha traducido en que los máximos cargos del FMI y el Banco Mundial han sido asignados a profesionales de origen europeo y estadounidense, respectivamente, de modo que en el caso de la primera entidad, desde las post guerra 14 directores gerentes han procedido del viejo continente.
Hoy, representantes de las economías emergentes han planteado que el orden de las cosas han cambiado en el mundo y que no debe verse como un dogma o principio inalterable que el FMI sea encabezado por un europeo. Lo cierto es que el punto de vista hace sentido, en el entendido que esta entidad es integrada por 184 países, que el orden mundial está cambiando y que más allá de que un puñado de esos accionistas sean más relevantes, lo lógico sería que quien encabece el organismo sea elegido por sus méritos y no su procedencia.