Sexto retiro: tentación populista
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Transcurrido un año desde que fuera rechazado el quinto retiro previsional adelantado en abril de 2022, hoy comienza nuevamente en la Comisión de Constitución de la Cámara de diputados la discusión de lo que sería el sexto. Recientemente fue rechazada la eufemística iniciativa del “autopréstamo”, que perseguía en esencia el mismo fin -autorizar el retiro de fondos ahorrados en las cuentas individuales de los cotizantes de AFP bajo la figura de un préstamo sin claras condiciones de devolución-, pero aun así hay parlamentarios que persisten en ese propósito.
Fuentes consultadas por este diario estiman que el proyecto de un sexto retiro tiene una casi nula posibilidad de ser aprobado, y sin duda no cuenta con el respaldo técnico de los expertos previsionales ni del Gobierno, que han advertido sobradamente sobre los efectos dañinos que tendría para las pensiones de los ahorrantes, para el mercado de capitales y para una inflación que se mantiene porfiadamente alta. No obstante aquello, ciegos a la evidencia del costo que tuvieron los tres retiros ya aprobados y sordos a las alertas sobre el riesgo de otros en el futuro, sus partidarios no cejan en defenderlos.
Sólo cabe entender esta medida desde una lógica electoral, donde proteger las pensiones de los cotizantes no es la prioridad de quienes la impulsan.
Dado que esta postura es incomprensible desde una lógica previsional -la protección de los ahorros de los cotizantes para su jubilación-, sólo cabe entenderla desde una lógica electoral. En efecto, pese a su innegable costo, esta sigue siendo una propuesta con importante apoyo popular, pues sus impulsores la justifican como una imprescindible ayuda para familias presionadas por una economía que no crece, con bajo empleo y alta inflación.
Aun si no es aprobado el proyecto, se trataría, entonces, de una apuesta de mediano plazo de cara a la próxima elección parlamentaria en 2025, pero sobre todo pensando en la inminente elección de miembros para el Consejo Constitucional dentro de escasas tres semanas, donde el apoyo al sexto retiro podría funcionar para atraer votos.
Sea cual sea el motivo, es claro que proteger las pensiones de los cotizantes no es la primera preocupación de quienes impulsan esta medida. “Populismo” es el término que aplica para este tipo de iniciativas políticas.