Editorial

Señal presidencial

Sin duda, Colbún y su decisión de paralizar el proyecto de línea...

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Sin duda, Colbún y su decisión de paralizar el proyecto de línea de transmisión de Hidroaysén marcarán un antes y un después en el sector energético.



El hecho de que el grupo Matte haya salido a hacer un llamado de atención de lo que estaba sucediendo en el sector energético, fue el gatillador de una serie de otros hechos. En primer lugar, varios empresarios se sintieron con el piso suficiente como para plantear su descontento con la falta de señales de parte de la autoridad, que les permitiera terminar con la incertidumbre que afecta al sector y acometer una serie de proyectos en carpeta o bien paralizados por tramitaciones pendientes en los tribunales de justicia y organismos medioambientales.

En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, el gobierno, que en un primer momento señaló que lo de Colbún eran decisiones que se circunscribían al ámbito de los privados, decidió hacerse cargo de las críticas y actuar, congregar a una cita en la Moneda a los directivos y gerentes de las empresas eléctricas y sentarse a escuchar sus aprensiones y a plantear su interés de que las cosas se agilicen.

Con esa cita, el gobierno logró dar una primera señal de que existe el ánimo de reencauzar la agenda.

Ahora el gobierno tiene que actuar y mostrar señales concretas. Solamente de esta forma evitará que suceda lo mismo que pasó después de que anunció en el mes de febrero su plan de desarrollo energético, el cual generó un alto nivel de expectativas entre los inversionistas del sector, los cuales al no ver movimientos concretos en un lapso de tiempo, se decepcionaron generándose el clima de incertidumbre que llevó al grupo Matte a paralizar Hidroaysén.

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