Reflejo del alto dinamismo que ha exhibido el mercado laboral en los últimos años, junto con una mayor focalización de los programas sociales, la brecha de ingresos per cápita entre los más ricos y los más pobres en el país se redujo significativamente entre 2010 y 2012. Según se desprende de los datos, el decil que menos tiene experimentó un avance en sus recursos disponibles que superó en promedio al decil de mayor riqueza en el período.
En efecto, y de acuerdo con los resultados de la Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos (NESI) que ha dado a conocer esta semana el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), si se consideran las transferencias del Estado en 2010 los ingresos del decil más rico equivalían a 19,8 veces los del decil más pobre, mientras en 2012 se evidenció una disminución de la brecha a 14,8 veces. En 2010, y medido en pesos, el decil más pobre percibía $ 46.700 y en 2012 recibió $ 70.000, mientras que en el mismo lapso el decil más rico vio pasar sus ingresos de $ 924.400 a $ 1.036.000. Si se excluyen las transferencias del Estado, la brecha cayó de 22,1 veces a 20,1 veces en esos tres años.
A la luz de estos resultados, economistas han destacado el vital aporte que tienen el crecimiento y el empleo como piezas fundamentales en el camino para seguir disminuyendo los indicadores de desigualdad en el país, así como también de la enorme contribución que una política social efectivamente focalizada hace en los ingresos de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Ciertamente, un punto a favor de una estrategia que ha acortado las distancias entre los chilenos en la ruta del país hacia el pleno desarrollo.