Protección a la industria local
Argentina dio esta semana otro paso en su objetivo de proteger su industria local, al aumentar la cantidad de productos importados que tendrán trabas para ingresar a ese país.
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Argentina dio esta semana otro paso en su objetivo de proteger su industria local, al aumentar la cantidad de productos importados que tendrán trabas para ingresar a ese país.
Si esto hubiera ocurrido en los años 60, es posible que habría sacado aplausos no sólo de los propios argentinos, sino que de varias otras naciones. Sin embargo, los tiempos han cambiado y si bien puede resultar positivo para una parte del país, también implica riesgos. Y esto último está dado por la menor competitividad que ello puede implicar para la economía.
Pero no se trata de un camino que esté siguiendo solamente Argentina, puesto que recientemente Brasil anunció que endurecerá los requisitos técnicos exigidos a los productos importados. Por ahora, son sólo dos ejemplos de una tendencia mundial.
Si bien resultan entendibles los argumentos de los detractores del libre comercio internacional -como pueden ser el efecto que se puede producir en el empleo o los cambios que sufren determinadas industrias-, también es necesario destacar la parte de los beneficios, como el efecto de menores precios que se generan.
Hace ya varias décadas que Chile decidió abrirse a los mercados internacionales y, pese a las dificultades iniciales que ello pudo haber tenido y a las complicaciones que aparecen en algunas ocasiones, nadie duda que el camino adoptado ha sido el adecuado. Nuestro país ha sabido beneficiarse de dicha apertura.
Por ello, si bien las medidas proteccionistas pueden tener un efecto positivo en el corto plazo, en el mediano y largo plazo pueden llegar a afectar seriamente la competitividad de determinados sectores -por ejemplo, a través de la falta de determinados insumos-, lo que posteriormente puede afectar al país en su conjunto.
Las posibilidades para que América Latina acceda a un mayor desarrollo económico, que efectivamente se traspase a sus habitantes, no va por la vía de afectar el flujo comercial, lo que finalmente puede llevar a crisis mayores.
Asimismo, la tendencia de inflación elevada a nivel internacional no es el escenario más propicio para medidas proteccionistas como la adoptada por Argentina, dado que contribuye a potenciar dicho fenómeno.
El desafío de los países es demostrar que sus industrias son eficientes y competitivas, por lo que la misión de los gobiernos es generar las condiciones propicias para que las empresas puedan competir con sus pares del mundo y no crear condiciones especiales que a largo plazo generan efectos no deseados.