Tras asumir en una impecable y republicana ceremonia de cambio de mando en la sede del Congreso en Valparaíso, la presidenta Michelle Bachelet ha expresado su firme voluntad de llevar adelante el programa de gobierno que comprometió durante la campaña, y que incluye entre sus ejes una reforma educacional que -indicó- asegure gratuidad, calidad, inclusión y mejores perspectivas para los niños y jóvenes, junto con una “gran reforma tributaria” que, dijo, consagrará el principio de que quienes tienen más, contribuyan con más. La mandataria ha señalado, además, que los procesos de transformaciones se harán en un marco de diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales, pero manteniendo los objetivos planteados en el programa de la Nueva Mayoría.
La reforma tributaria, ha detallado el nuevo ministro de Hacienda, forma parte de las tareas comprometidas por la presidenta para los primeros 100 días de mandato, por lo que la meta es que el proyecto ingrese al Congreso en ese plazo. Así, es de esperar que en el corto plazo el país pueda conocer los detalles de la iniciativa, sobre todo teniendo en mente la posibilidad, esbozada por algunos observadores, de que la reforma pudiera llegar a su tramitación en el Legislativo mucho antes de lo que se espera.
En momentos de marcada desaceleración de la economía, la certeza que los sectores productivos puedan tener sobre los contenidos de la reforma tributaria permitiría disipar las dudas que, en mayor o menor medida, han afectado el ambiente de inversiones, contribuyendo así a los esfuerzos comprometidos por las mismas autoridades para reactivar la actividad lo más pronto posible.