Presiones sociales y representatividad

El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Arturo Martínez, planteaba en una entrevista en este medio que “éste es el momento para empezar a presionar”, destacando que las demandas de los trabajadores están cruzadas por la idea de una nueva Constitución y de una reforma tributaria.



No son fáciles los tiempos que corren. Marcados por lo que han sido las demandas de los estudiantes, han salido al ruedo una serie de demandas de diversos sectores, que han ayudado a reforzar el movimiento social que se ha estructurado en torno al mundo estudiantil.

Lo que es significativo es que pese a que parte del mundo político trata de sumarse a esta ola, lo que está de fondo es la baja representatividad de la clase política. Cuando una parte importante de los jóvenes que participa en las movilizaciones ni siquiera se ha inscrito en el Registro Electoral para participar del proceso democrático, no hay más lectura que el desinterés que les genera la manera en que se está manejando la política, lo que ya venía quedando de manifiesto desde hace algunos años.

Las encuestas del último tiempo han sido elocuentes en dar cuenta del bajo nivel de apoyo que generan oficialismo y oposición entre la ciudadanía, lo que va más allá de los estudiantes. Una muestra de la disonancia que se está dando entre lo que son las preocupaciones de la gente y los temas que están concentrando a la clase política.

Pero todo esto no debe llevar a que por las presiones sociales se tome un camino que a la larga puede no ser el más conveniente para el país. En ese entendido, los canales para discutir las diferencias existen y no se limitan a la calle.