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Editorial

Para el Gobierno, la hora de gobernar

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 12 de septiembre de 2022 a las 04:00 hrs.

El contundente triunfo del Rechazo en el plebiscito constitucional representa un hecho político de primera magnitud tanto por la impensada ventaja de casi 25% respecto de la opción Apruebo -no prevista por ninguna de las encuestas-, como por la histórica participación electoral del 85%.

En consecuencia, los efectos políticos inmediatos también han sido de primer orden, desde un cambio de gabinete a todas luces apresurado, al recambio de liderazgos en partidos como la DC y Republicanos, junto al reposicionamiento -al alza o a la baja- tanto de figuras partidarias como del peso relativo de sus respectivas tiendas. Y aunque aún muy tentativa y de alcance limitado, al interior del Gobierno ello ha provocado una cierta revalorización del socialismo democrático, justamente el sector del cual el oficialismo hasta hace poco abjuraba como parte de los denostados “30 años”.

En definitiva, lo que el plebiscito puso en notoria evidencia es que el eje político del país se ubica en el centro, no en los extremos. Tanto la Convención como el debate constitucional, así como el Gobierno elegido en noviembre pasado, actuaron desde un polo cercano a la izquierda radical -fuertemente influido por el llamado “octubrismo” de 2019-, alimentando un maximalismo y una polarización de los cuales los chilenos han votado ahora masivamente para tomar distancia.

Por tanto, si bien es clave despejar cuanto antes la vía hacia el cambio constitucional que una mayoría ciudadana sigue apoyando, la primera prioridad en este momento debe ser necesariamente la gobernanza y no el reformismo. Ad portas de una severa contracción económica y enfrentado a problemas que no ha sabido controlar -como el terrorismo en La Araucanía, el alza de la delincuencia, la inmigración ilegal y el inexplicable rebrote de violencia estudiantil-, es ahí donde el Ejecutivo debe centrar su agenda.

Nada de esto implica abdicar del programa de gobierno, sino ajustar los tiempos y los énfasis a las necesidades sociales que están a la vista, y que deben ser la prioridad de La Moneda.

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