Editorial

Nuevo liderazgo en la CPC

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Esta semana, en un hecho histórico en los 90 años de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), la economista y exministra de Estado Susana Jiménez Schuster asumió como la primera mujer en presidir el organismo empresarial. Se trató de un acontecimiento de alto valor simbólico, en un contexto en que la mayor equidad de género y la representación equilibrada de hombres y mujeres en posiciones de liderazgo es creciente. Sin embargo, como la propia nueva timonel lo dejó en claro, sus desafíos superarán por lejos la dimensión representativa y estarán marcados por la necesidad de articular consensos en un contexto económico complejo, con incertidumbre local e internacional.

Jiménez, quien al asumir el cargo declaró que es una “feminista que cree y defiende el mérito, la igualdad de oportunidades y los incentivos correctos”, ha sido especialmente cuidadosa en responder a las críticas del oficialismo en relación con una supuesta reticencia del empresariado chileno a invertir en el país por diferencias ideológicas con la actual administración. Ninguna empresa deja de hacer buenos negocios por ideología o discriminación de género, ha dicho, lo cual es indicativo de uno de los debates más relevantes que la multigremial deberá librar con el mundo partidista y que va en el sentido de demandar políticas públicas que aporten al desarrollo y al emprendimiento, en lugar de entorpecer la iniciativa privada.

Las prioridades delineadas por la nueva presidenta responden al momento económico, político y socialmente difícil que enfrenta el país.

En ese marco, las prioridades delineadas por la nueva presidenta de la CPC, en torno a debatir sobre impuestos, burocracia, subsidios, pensiones y el sistema político responden al momento económico, político y socialmente difícil que enfrenta el país. El empresariado y sus gremios han señalado que para salir del estancamiento económico -refrendado con las proyecciones de crecimiento del Banco Central que apuntan a una expansión que no supera el 2,5%- es necesario revertir propuestas que imponen barreras a la inversión y el emprendimiento, y avanzar hacia una permisología razonable.

El mundo privado y la actividad empresarial buscan en esencia la creación de valor y en ese entendido, parece una señal adecuada que el nuevo liderazgo de la CPC tenga como focos promover el esfuerzo, el trabajo persistente y el mérito como motor de la actividad pública, en lugar de alentar visiones subsidiarias y paternalistas hacia las personas y la economía. Las perspectivas de la economía chilena no mejoran y se prevé un 2026 que comenzará con alta inflación y un crecimiento aún magro, lo que lleva nuevamente a la necesidad de encontrar espacios para un acuerdo procrecimiento que funcione como un shock que tuerza las proyecciones actuales. Para ello se requerirá de muchas voluntades, contexto en el que en la gestión que comienza en la CPC se percibe un mensaje y un norte claro sobre el cual es posible construir acuerdos.

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