Editorial

Nuevo escenario

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Tras dos jornadas de votación y ya con las cifras definitivas de las elecciones municipales y de gobernadores regionales, la campaña presidencial se ha abierto. Los resultados confirman la debilidad del oficialismo, que no ha logrado consolidar liderazgos disponibles o, al menos, bien posicionados para ir por el recambio, ni un relato convincente para continuar en el poder. Y, por otro, dan cuenta de un claro fortalecimiento de la centroderecha y del afianzamiento de la figura de Evelyn Matthei como candidata natural de Chile Vamos.

Los resultados eleccionarios dan cuenta de una ciudadanía que se inclina hacia la restauración de una idea país centrada en la seguridad y el crecimiento.

El despliegue de cifras es revelador: en la elección de concejales, la más política de todas, 1.068 candidatos de la derecha y la centroderecha triunfaron, esto es un 43% más que en 2021; ello sin considerar los 233 cupos que obtuvo el Partido Republicano. En contraste, el oficialismo retrocedió en 30%, al bajar de 1.349 a 940, entre ambas campañas.

Matthei ayer pudo reunirse con figuras claves, electas o reelectas tanto en municipios que el bloque retuvo, como en varios que arrebató a la actual coalición el Gobierno. En la cita en que participaron los ganadores en Providencia, Lo Barnechea, San Miguel, Vitacura, Independencia, Huechuraba y Ñuñoa, a quienes se unió Francisco Orrego, quien disputará la segunda vuelta de la elección por la gobernación metropolitana de Santiago, se vislumbró cómo la unión del bloque será clave para consolidar el impulso electoral y proyectar una alternativa viable de gobierno, especialmente con el balotaje de gobernadores a la vuelta de la esquina, el próximo 24 de noviembre.

El oficialismo se presentó al proceso eleccionario sacudido por los coletazos del caso Monsalve y las dudas en torno a la falta de conducción y autocontrol que se instaló en La Moneda. Pero los análisis expertos, como el de Unhoster, desplegado en esta edición, reflejan que esto no fue clave en el resultado. La actual administración arrastra diversos flancos abiertos: permanece al debe con la reforma de pensiones, una de sus promesas de campaña, no ha logrado controlar la crisis de seguridad, mantiene un magro crecimiento económico, tasas de desempleo en torno a 8% y una informalidad laboral creciente.

El esperado cambio de gabinete, que podría dar algo de aire, parece haberse postergado a la espera de que un cónclave de partidos, que se realizará mañana, donde se analizará todo tipo de efectos combinados.

En suma, los resultados de este fin de semana dan cuenta de una ciudadanía que se inclina hacia el centro y castiga los extremos, que prefiere el balance hacia posturas electorales que favorezcan la restauración de una idea país centrada en la seguridad de las personas y el crecimiento, en lugar de experimentos igualitarios, muy bien intencionados, pero que no han logrado seducir, transmitir confianza ni seguridad a la población.

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