Nuevas aperturas bursátiles
Las aperturas de nuevas empresas al mercado bursátil han sido la tónica del presente año, al punto que...
Las aperturas de nuevas empresas al mercado bursátil han sido la tónica del presente año, al punto que el proceso, pese a que queda aún mucho por recorrer, ya está ad-portas de marcar un nivel récord. Sólo en la primera mitad del año se consolidarán alrededor de US$ 1.000 millones en nuevos instrumentos disponibles para los inversionistas, cuestión que habla del buen momento de liquidez que registra el mercado, de la confianza que éstos tienen en las compañías que se están abriendo y, por cierto, del buen estado de salud y los ambiciosos planes de inversión de esas empresas, que han observado una demanda por títulos que excede con creces la oferta.
Con todo, el proceso de apertura de compañías tiene otra dimensión virtuosa que se menciona menos, pero que es tanto o más importante que la señalada. Se trata del avance hacia un mercado de capitales más profundo y densamente poblado por compañías; de un mercado en donde la estructura de propiedad corporativa está más atomizada, permitiendo, en cierta forma, a más personas ser empresarios y capitalizar los beneficios del emprendimiento privado: y de un mercado en donde se expanden atributos virtuosos, como son que las empresas se abran a un mayor escrutinio, entre otros, de inversionistas institucionales; que se confirmen dispuestas a contar con gobiernos corporativos más heterogéneamente generados; y que se muestren dispuestas a aportar información pública de calidad.
En suma, lo que se está dando es un círculo virtuoso, que reafirma que el empuje privado es doblemente beneficioso cuando eleva estándares y permea al conjunto de la sociedad.