Mineras y escasez de proyectos energéticos

La Sociedad Nacional de Minería, Sonami, anunció esta semana que tienen estimado que de aquí a 2020 se invertirá en el país el orden de US$ 100 mil millones, de los cuales US$ 78 mil millones corresponden inversiones del sector privado, mientras los US$ 22 mil millones restantes son de Codelco.



Este nivel de inversión se debe en gran medida al alto potencial geológico, una alta calificación profesional y un marco institucional confiable y estable.

Sin embargo, esta inversión impone también un gran desafío para el Estado, en cuanto a generar una institucionalidad fiscalizadora y regulatoria que debe estar a la altura de las circunstancias, siendo capaz de responder a esta demanda de inversión.

Además, implica un desafío mayor para el país, especialmente en lo que se refiere a mano de obra (que escasea cada vez más en minería), agua y energía.

Gran parte de las grandes mineras han planteado su preocupación porque dentro de los próximos dos años el consumo energético se va a duplicar, sin que exista la capacidad de la instalación energética suficiente para ir a la par con los proyectos mineros.

A esto hay que agregar el hecho que la escasez de agua en el norte ha llevado a la industria a buscar mecanismos para obtenerla, como las plantas desalinizadoras, que si bien son una alternativa real, también requieren de energía, lo que torna aún más compleja la situación del sector.

Por tanto, estos temas se han vuelto trascendentales para la agenda país, ya que la falta de agua y energía puede atrasar o abortar las inversiones proyectadas.