Editorial

Mesa técnica de pensiones: comienzo poco auspicioso

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La semana pasada se inició el trabajo de la llamada Mesa Técnica de Pensiones, cuyo objetivo es buscar acuerdos en la reforma previsional, lo que se hace aun más necesario en vista del rechazo de la reforma tributaria en la Cámara de Diputados. La intención parece positiva, no sólo porque se requieren acuerdos más amplios para lograr el apoyo legislativo, sino también porque la población en general se manifiesta favorable a mayores consensos desde el mundo político.

No obstante, parece poco probable por ahora que esta mesa pueda lograr su objetivo, por dos razones. La primera, y más importante, es que la oposición no está participando en la discusión, lo que hace imposible hablar de acuerdos amplios. La segunda razón es que está integrada principalmente por políticos, más que por técnicos, y estos últimos tienen además posturas más cercanas al oficialismo.

No es muy probable que con dos mesas paralelas -compuestas por políticos y no por técnicos- se puedan lograr los acuerdos amplios que se necesitan.

Por otra parte, la oposición también formó una mesa, con características similares, compuesta por políticos y por técnicos cercanos a la centroderecha. Resulta poco probable que como resultado de estas dos mesas paralelas se puedan lograr acuerdos.

¿Y cómo avanzar entonces, dado el amplio consenso sobre la necesidad de una reforma previsional? Un camino que podría ser más efectivo es a través de un grupo con un perfil esencialmente técnico, que represente posturas diversas, y que a través de un mandato claro de mejorar las pensiones contributivas y generar mayor competencia en la organización industrial, logre consensuar un paquete de medidas razonable, necesariamente de menor amplitud que el proyecto de ley del Gobierno.

Este último constituye una completa refundación del sistema, lo que, desde un punto de vista de estrategia política, ha demostrado ser un camino errado. Distinto a la política tributaria, en que la estabilidad y la certeza son requisitos deseables, en materia de seguridad social se requieren políticas flexibles, que se puedan adaptar a las condiciones cambiantes de la demografía y del mercado laboral. Por esa razón, una estrategia de avances paulatinos parece mejor que un cambio refundacional. Fue así con la creación de la PGU, y puede seguirse un camino similar con otros cambios necesarios.

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