Mesa de Formalidad Laboral: valiosa iniciativa

Nuestro mercado laboral se encuentra en completo estancamiento. La tasa de ocupación no ha logrado repuntar, presentando un retroceso de más de una década. A lo anterior se suma que la tasa de informalidad equivale a prácticamente un tercio de los escasos ocupados. Profundizando un poco más, los recientes resultados de Casen muestran que detrás de este preocupante promedio se esconde una noticia aun peor: la informalidad prácticamente se duplica en los trabajadores del primer quintil, alcanzando una tasa de 56,9%.

La informalidad laboral es uno de los flagelos más persistentes y silenciosos de nuestra economía y sociedad.

Por su parte, la carencia de seguridad social que también mide la citada encuesta, la cual corresponde -muy en simple- a hogares cuyos ocupados no cotizan, ha permanecido estancada desde 1990: el porcentaje de hogares carentes en seguridad social alcanzaba en 1990 al 33,7%, y en 2022 era de 28,5%.

La cotización no sólo permite tener mejores pensiones en el futuro, sino también protección frente a eventos adversos tales como accidentes, enfermedades, desempleo, entre otros. Siendo que la informalidad, además de ser persistente, afecta en mayor medida y con más intensidad a los más vulnerables, parecen valiosas iniciativas como la Mesa de Formalidad Laboral recientemente lanzada; también, que ésta tenga como punto de partida una revisión de iniciativas previas relacionadas con la materia que no lograron implementarse, o derechamente fracasaron.

El éxito de esta instancia dependerá no sólo de la calidad de las propuestas que la mesa presente, sino de que el Gobierno haga suyo y priorice este problema. Por un lado, abordando cómo fomentar la creación de empleo formal; por otro, evitando poner en práctica medidas que lo desincentiven.