Mensajes del Banco Central en el IPoM
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El instituto emisor está preocupado por la evolución alcista de la inflación y así lo refleja la reciente alza de 150 puntos base en la tasa de interés. El hecho de que este aumento fuera inferior a lo que esperaba el mercado, sumado al explícito mensaje de que en los próximos meses las alzas de tasas se proyectan más moderadas, confirman la percepción de que los niveles de actividad y gasto se están ajustando con mayor rapidez que lo estimado inicialmente. Esto es consecuencia, a su vez, de que la sobre expansión en el gasto el año pasado respondió fundamentalmente una inyección desmedida de liquidez, todo lo cual debería facilitar la labor del Banco Central.
El ajuste en las proyecciones de actividad para este y el próximo año incluidas en el IPoM -que en lo básico disminuyen el rango de crecimiento del PIB-, reconoce la posibilidad de una recesión técnica hacia fines de año, con un crecimiento en el año 2023 cercano a cero, lo que eventualmente podría terminar también con un saldo negativo. El impacto de estas cifras en el bienestar de las personas es innegable; la contrapartida es que, siendo inevitable en las actuales circunstancias un ajuste en la brecha entre gasto e ingreso para eliminar las presiones inflacionarias, el hecho de que el ajuste esté ocurriendo con mayor rapidez es una buena noticia.
Lo que sí constituye una mala noticia son las proyecciones para la inversión en 2022 y 2023 (-3,8% y -0,2%, respectivamente), por cuanto la formación de capital es un factor clave para elevar la capacidad de crecimiento, principal talón de Aquiles de la economía chilena hoy. Las mayores restricciones para el acceso a financiamiento sin duda están influyendo en esta tendencia, pero por sobre todo es la incertidumbre que impera la que está deteniendo los proyectos de inversión.
Ello trasciende, por lejos, lo que puedan hacer las políticas monetaria y fiscal, cuyo alcance es bastante más acotado y centrado en el ciclo económico. La actitud que demuestren el Gobierno, los parlamentarios y la Convención Constitucional será en definitiva la clave de la evolución futura de nuestra economía.