Las señales tras la paralización
Más allá de la lectura que haya hecho la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) respecto a los resultados que tuvo el paro de dos días de la semana pasada, lo importante son las señales que dejan movimientos como éste.
Más allá de la lectura que haya hecho la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) respecto a los resultados que tuvo el paro de dos días de la semana pasada, lo importante son las señales que dejan movimientos como éste.
Señales que no tienen que ver con la cantidad de personas que asistieron a la manifestación que se realizó el jueves pasado, con la postura que tomaron los partidos políticos -oficialistas y de oposición- o con el accionar de Carabineros durante los dos días. Tiene que ver con un descontento de fondo de una parte de la población y que no necesariamente es responsabilidad de la actual administración, pese a que ésta no puede sustraerse. Un sentimiento que lleva a grupos de personas a realizar acciones tan incomprensibles como atacar colegios, a saquear establecimientos comerciales o a destruir instalaciones de la vía pública sin ninguna otra razón que el hacer daño.
Pero no se trata de un llamado sólo para el gobierno, sino que para todos aquellos que tienen alguna posibilidad de influir en la sociedad. De lo que se trata, al final de cuentas, es que hay una parte de la ciudadanía que percibe que no tiene las mismas condiciones de acceso a una educación de calidad, a un trabajo estable o a una vivienda digna. Y con esto no estamos diciendo que debe haber gratuidad de acceso, sino que es necesario trabajar en conjunto para que efectivamente se generen las condiciones que permitan que todos los ciudadanos de este país tengan igualdad de condiciones para desarrollarse.
Llegar a ser un país desarrollado en una determinada fecha, necesariamente implica tener resueltos problemas como éste.