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Alto contrasteLas lecciones que dejó la crisis del virus ISA
Hace tres años, la industria salmonera fue víctima de una de las...
Hace tres años, la industria salmonera fue víctima de una de las enfermedades más peligrosa que afecta a la producción, el virus ISA.
Las consecuencias de la expansión del virus fueron devastadoras. La alta mortalidad implicó una caída estrepitosa de los niveles de producción, generando un daño tremendo en la industria, que se tradujo en caída de las ventas, cierre de varios centros productivos, y la consecuente cesantía producto de la caída de la actividad.
Pero las consecuencias no se tradujeron sólo en números, también significó un fuerte impacto en la forma de hacer negocios. Los productores de salmón entendieron que sólo un trabajo en conjunto y el establecimiento de fuertes medidas de control podían sacarlos de la crisis y evitar que un cuadro así se repitiera.
Para ello fue necesario potenciar la actuación conjunta y procurar un manejo ordenado y prudente del sistema productivo, aunque ello implicara menores ingresos.
El martes nos enteramos que una variante del virus, que produce menor mortalidad, fue detectada en un centro de cultivo de Aysén.
Esta vez, a diferencia de 2007 cuando apareció el ISA en Chile, se actuó con diligencia y transparencia, dejando además en evidencia que el sistema de detección temprana de la autoridad pesquera funciona adecuadamente, sosteniéndose en los plazos y los procedimientos de bioseguridad fijados por la normativa.
Esto da muestra que las lecciones dejadas por el ISA han sido aprendidas y que los intereses de la industria deben ir más allá del crecimiento, sino que deben estar enfocados en la preservación de ésta.
