Las confusas señales del Mepco
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La estructura de un impuesto específico busca, habitualmente, enfrentar una falla de mercado como lo son, por ejemplo, las externalidades negativas. En el mercado de los combustibles podemos apreciar esta situación y así numerosos países establecen impuestos específicos, tarifado por congestión o restricción horaria, entre otras medidas, para enfrentar los problemas de congestión y contaminación. La consistencia de los instrumentos utilizados y la perseverancia son fundamentales para lograr los efectos que persigue la política pública.
En el caso de Chile, a fines de los ochenta el impuesto específico a la gasolina era de 3 UTM/M3, mientras que para el diesel era de 1,5 UTM/M3. La tasa actual del impuesto a las gasolinas es de 6 UTM/M3, lo que ha incentivado el ingreso de autos diesel a nuestro país.
La decisión de no recuperar los subsidios otorgados por el Mepco en 2022 es una inconsistencia dañina para la política pública.
El programa del actual Gobierno planteaba subir estos impuestos e incluso igualarlos para ambos combustibles en 7 UTM/M3, lo que implica un incremento significativo para los vehículos que utilizan el petróleo diesel y que corresponden principalmente a camiones. Es posible tener dicha discusión y, de hecho, en Europa existen cargas tributarias incluso mayores, mientras que en Estados Unidos son inexistentes.
El Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco) fue creado para reducir el impuesto específico cuando los precios de los combustibles están al alza y subirlos cuando ocurra el fenómeno inverso: busca amortiguar las variaciones, siendo neutro en precios y efecto fiscal en el largo plazo.
Lamentablemente, este eventual debate se ve contrariado por la decisión de la autoridad de no recuperar los subsidios otorgados por el Mepco en 2022 y que implicaron recursos por cerca de US$ 3.000 millones. Esto es similar a no haber cobrado los impuestos específicos durante el año pasado, por lo cual surge la duda si esto ocurrirá cada vez que suban los precios o será una costosa decisión que no se repetirá.
La inconsistencia en el uso de los instrumentos es dañina para la política pública, ya que finalmente las señales son confusas y es posible que los consumidores entiendan que, si en el futuro hay nuevamente una escalada de precios, existirán subsidios no reembolsables para los automovilistas y transportistas que serán financiados por el resto de los contribuyentes.