La incógnita económica de China
Uno de los lugares comunes del análisis económico del último tiempo apunta a que si el mundo fuera un avión con tres motores (Estados Unidos, Europa y China)...
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Uno de los lugares comunes del análisis económico del último tiempo apunta a que si el mundo fuera un avión con tres motores (Estados Unidos, Europa y China), el único que estaría sosteniendo el vuelo sería justamente el asiático. Sin desconocer que aquello es cierto a la luz de diversos indicadores del coloso oriental, no parece prudente reducir el análisis a esa idea, siendo necesario acercar más la mirada.
Esa aproximación, por cierto, se desenvuelve en diversas dimensiones, las que van desde cuestiones superestructurales a cuestiones más propias del día a día de la economía real. A nivel de la gran estructura, China vive un potente proceso demográfico de insospechados alcances. Este es un país que necesita crecer a tasas en torno al 8%, porque de lo contrario será incapaz de soportar las tensiones sociales que se desatarán, muy asociadas al proceso de migración campo ciudad, la demanda por mano de obra, la formalización de los empleos y, muy en el fondo, a una política de natalidad que pone una presión adicional a ese mercado.
A nivel micro, el desempeño de la inflación y las dudas sobre la salud de la banca china, son otros dos ingredientes que contribuyen a acrecentar las incógnitas en torno a esta “locomotora” del mundo.