Los temores frente a la crisis de deuda en Europa y desaceleración de EEUU tuvieron un fuerte impacto en los mercados bursátiles mundiales, anotando las principales plazas pérdidas significativas, similares a las mostradas en el peor momento de la crisis de 2008. De hecho, en el acumulado anual varias bolsas anotan bajas superiores al 20% como Francia o España.
Pese a la distancia, la bolsa local también terminó el trimestre con un retroceso de más de 19% -el peor trimestre desde 1998-, totalizando una baja de 21% en lo que va corrido del año.
Las autoridades económicas de Chile -tanto el Banco Central como el ministerio de Hacienda- han advertido sobre la gravedad de la situación externa, pero -al mismo tiempo- han resaltado las fortalezas de las finanzas públicas como un importante elemento de mitigación para enfrentar un panorama más complejo. Y los efectos de esta situación ya se han dejado sentir en las empresas nacionales distintas a las mineras que, en sus reportes de utilidades al primer semestre de este año, mostraron ciertos síntomas de estancamiento.
Los expertos coinciden en que será clave el resultado que las sociedades anónimas chilenas informen a septiembre para visualizar cuáles serán las perspectivas del mercado accionario chileno.
Pese a que las autoridades ya han adelantado niveles más moderados de crecimiento, las cifras macroeconómicas de Chile se mantienen favorables. Este escenario da cuenta de una política fiscal estable, prudente y creíble internacionalmente, atributos que contrastan con los exhibidos por varios países desarrollados en esta coyuntura.