Judicialización de los proyectos

La Tercera Sala de la Corte Suprema se ha transformado en un verdadero referente para las causas de tipo económico.
Es esta la sala encargada de fallar en última instancia temas relacionados con la libre competencia, conflictos ambientales, asuntos referidos a regulación y los litigios que se producen en un amplio espectro empresarial.
Esto ha llevado a que la acción de los jueces que componen este tribunal sea gravitante no sólo para las empresas, sino también en muchos casos para el desarrollo de una serie de proyectos país.
En los últimos años los proyectos empresariales, especialmente en sectores tan sensibles como la energía y minería, han pasado a una etapa de judicialización importante, lo cual no deja de ser preocupante por las consecuencias asociadas.
Sin ir más lejos, esta semana se prevé que estará listo el fallo de la Corte Suprema respecto de los recursos de protección en contra de Hidroaysén.
A mediados de abril, la misma Tercera Sala debería entregar su veredicto por el recurso de reclamación que LAN Airlines interpuso en contra de tres de las catorce medidas que le impuso el Tribunal de la Libre Competencia para aprobar su fusión con TAM.
A esto se suman otros conflictos. Este tribunal recibió los recursos de Castilla, de la minera El Morro y sólo hace unos días, dos recursos en contra de Energía Austral, el proyecto de Xstrata, que también contempla el desarrollo de centrales hidroeléctricas en la Región de Aysén.
En total, son unos US$ 18.400 millones en inversión, equivalente a cerca de 7,1 puntos del PIB, los que se juegan su futuro en la sala.