Intervención cambiaria: un alivio pasajero
En entrevista con este diario el pasado viernes, la presidenta del Banco Central sostuvo que el plan de intervención cambiaria anunciado la noche anterior -por hasta 25 mil millones de dólares en diversos instrumentos- obedecía principalmente a “la persistencia de tensiones” en el mercado, las cuales elevaron el tipo de cambio a un nivel récord de más de 1.050 pesos por dólar la semana pasada.
Hasta ahora, diversos expertos coinciden en que la intervención ha sido exitosa, pues el dólar volvió a situarse por debajo de los mil pesos en la jornada del anuncio, morigerando la alta volatilidad (las “tensiones”) de día previos. Pero aunque según la titular del BC, en la actualidad “el tipo de cambio está reaccionando en gran medida a factores globales”, precisó que “sin duda hay también elementos idiosincráticos locales en su comportamiento”.
En efectos, en una economía globalizada, factores externos como el alza de la tasa de interés de la Fed norteamericana, la baja en el precio del cobre y los temores de recesión en las principales economías explican parte importante de la depreciación de nuestra moneda. Nada puede hacer Chile al respecto.
Sí puede, en cambio, tratar de actuar sobre los “elementos idiosincráticos locales”, una forma eufemística de referirse a la incertidumbre que hace meses ronda la economía chilena, atribuible a factores como las dudas sobre el proceso constitucional (agravadas por recientes declaraciones del Presidente Boric), el alza de la inseguridad y la reforma tributaria recién presentada por el Gobierno.
En este sentido, la intervención del Central sólo puede entregar un bienvenido, pero transitorio alivio, de ahí la infrecuencia de este tipo de acciones, que tienen un alto costo. Un remedio más permanente debe buscarse, forzosamente, en las políticas públicas, el correcto funcionamiento institucional y la buena gobernanza. Es ahí donde reside la mayor capacidad de dar seguridad a los actores económicos y al conjunto de la ciudadanía.
No cabe esperar que el Banco Central dé soluciones a los problemas que existen en esos ámbitos.