Editorial

Inclusión financiera, antes del Metaverso

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a pandemia del Covid-19 ha funcionado como importante catalizador y acelerador para la economía digital, como se ha visto con el teletrabajo, el comercio electrónico, las nuevas logísticas de producción y distribución, y por cierto, la automatización de numerosos procesos.

La llegada del 5G será un poderoso impulso adicional para esas y otras dinámicas, con la masiva (y disruptiva) incorporación de inteligencia artificial.

Esa combinación de factores también ha acelerado algunas innovaciones potencialmente revolucionarias, como el comentado espacio virtual del "Metaverso", que ya es visto con gran interés por mercados e inversionistas, como consignó nuestra edición de ayer.

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La posibilidad de hacer negocios en una realidad digital paralela, que genere su propia economía, explica la creciente atención que concita en grandes empresas, bancos e inversionistas, y desde luego también en los respectivos gobiernos, dado que aquí enfrentarán un desafío regulatorio que no tiene precedente en la historia económica.

Aunque la concreción práctica de un espacio virtual con esas características puede tardar años, invita a una reflexión sobre las posibilidades aún no exploradas de la economía digital hoy en día. En particular, el interés conjunto de grandes empresas tecnológicas y de grandes bancos en el Metaverso replica una dinámica que ya existe en la economía real, donde la (compleja y delicada) alianza entre tecnología y finanzas encierra un tremendo potencial de dinamismo económico e inclusión social.

En rigor, no es necesario esperar al Metaverso para apreciar lo que los sistemas de pago electrónicos, los créditos digitales o los seguros en línea, por ejemplo, pueden hacer para facilitar la entrada de muchas más personas al ecosistema financiero, integrándolas a la economía formal y a sus protecciones. La todavía pendiente ley Fintech es un primer paso indispensable en ese camino, que supondrá un reto de adaptación tanto para la banca tradicional como para el regulador estatal, como ha sido en otras partes.

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