Impacto de una guerra

hile hace muchos años que la integración al mundo era la vía al desarrollo ya mejor calidad de vida de sus habitantes. Cuando hay graves conflictos geopolíticos como el escenario actual entre Rusia y Ucrania, nuestro país entra a una lista de afectados en su comercio exterior, en los términos de intercambio y en las inversiones financieras.

La invasión de Rusia a Ucrania -en un comienzo circunscrita al este del país, pero que luego se desarrollará por todo el territorio- ha sido condenada por Occidente. Ayer el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que “solo Rusia es responsable de la muerte y destrucción que traerá este ataque, y EEUU y sus aliados y socios responderán de manera unida y decisiva. El mundo hará que Rusia rinda cuentas”.

Más allá de la condena a las decisiones militares rusas -y la grave amenaza a la vida humana en la zona ya la autonomía democrática- hay otro campo en el cual actuar.

Ante el potencial impacto de una guerra, Chile debe asumir que vendrán costos económicos y debe tomar las medidas que pueda para minimizar esos efectos.

Lo primero es ratificar la importancia de las instituciones: el rol de control del gasto fiscal del gobierno entrante y la fuerza del Banco Central para frenar una inflación presionada por los aumentos del precio del petróleo.

Segundo, contenga las fuentes de incertidumbre internas sobre el precio del dolar y otros indicadores. La seriedad del proceso constituyente -tanto en el respeto del cumplimiento de las normas como en los contenidos- es clave. Vienen semanas en que se votarán en la Convención Constituyente una larga lista de temas cruciales para el país, los que deben ser mirados bajo el prisma de un país que requieren cambios pero no refundación.

En tiempos de fuerte inestabilidad de los mercados externos, se redobla la necesidad de tomar las decisiones correctas internas.