Gobierno (aún) en aprendizaje
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En una entrevista de cierre de año con DF MAS, el Presidente de la República se refirió a una gran cantidad de temas que hoy están presentes en la agenda. Justamente el creciente número y variedad de asuntos que están sobre la mesa del Mandatario y su equipo dan cuenta de lo que tal vez sea el rasgo más notorio -y la mayor debilidad- de la actual administración: la poca capacidad de resolución de problemas y cierre de flancos (salvo excepciones como la reciente ratificación del TPP-11, tras un tránsito innecesariamente dificultoso y prolongado).
La inexperiencia y los diagnósticos poco claros (o equivocados) están detrás de lo que el Presidente reconoce sigue siendo un proceso de “aprendizaje”.
Diez meses de gobierno es poco tiempo, ciertamente, para esperar que el Ejecutivo ponga término a problemas y desafíos tan complejos como los que enfrenta el país, muchos de los cuales lo anteceden: el proceso constitucional, la inseguridad en aumento, la crisis de migración, el alza de la inflación, la violencia en La Araucanía, las bajas pensiones, las crisis en salud y educación, por nombrar sólo algunos. Pero ese tiempo ha debido usarse -precisamente porque los desafíos son muchos y difíciles- para esbozar un orden de prioridades y un estilo de gobierno más ejecutivo.
Da la impresión, sin embargo, de que la inexperiencia de muchas autoridades y los diagnósticos aún poco claros (o equivocados) están detrás de lo que el Presidente reconoce ha sido un proceso de “aprendizaje”, de corrección de errores y de cambios de opinión en materias importantes, que sumados a cuotas de voluntarismo y sesgo ideológico –como en las reformas tributaria y previsional- dificultan las soluciones. La disposición de oficialismo y oposición tampoco ha sido, en demasiadas ocasiones, la más constructiva.
Ahora que el país se encamina a una recesión y que el Gobierno ya pronto iniciará su segundo año sólo cabe esperar que La Moneda realmente asuma que “su rol es gobernar”, como dijo el Mandatario, más que “realizar transformaciones importantes”, como también dijo. Esa constante tensión entre el pragmatismo retórico y el voluntarismo real está en la raíz de la actual incertidumbre ciudadana y de las dificultades del Ejecutivo.