Un desempeño igual o inferior a los esperados y sin un giro que mueva al entusiasmo respecto de los ya débiles niveles de trimestres previos es lo que mostró el último Informe de Percepción de Negocios divulgado ayer por el Banco Central y que monitorea a las líneas ejecutivas y administración de alrededor de 200 empresas a lo largo del país.
Un diagnóstico poco alentador, en especial porque para el próximo año las expectativas de las empresas experimentan un deterioro adicional respecto a las percepciones previas, que vislumbraban un giro relativamente positivo hacia el próximo año. El cambio relativo de las expectativas se explica, entre otras cosas, porque el factor político electoral ha comenzado a asomar con algo de mayor nitidez en el radar de los agentes económicos.
De este modo, una de las conclusiones que se puede obtener es que los planes de inversión se mantienen acotados, ajustándose, como ha sido la tónica en registros anteriores, a lo estrictamente necesario para preservar el funcionamiento de las empresas.
A nivel sectorial, uno de los elementos que merece ser realzado es la baja en el estado de ánimo de los ejecutivos del sector inmobiliario y construcción consultados por el Banco Central, los cuales a lo largo de los últimos meses han constatado una evolución de negocios por debajo de lo que anticipaban.
Hacia adelante y a medida que el tema electoral gane relevancia será clave cómo progrese el debate público y las señales de los líderes políticos, en el sentido de que además de los mensajes que emanen, en esta ocasión será muy sustantiva la forma en que se dé este valioso ejercicio democrático de conversación previo a la elección.