En la Convención, una propuesta poco constructiva
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a Comisión de Medio Ambiente de la Convención Constitucional llevó a cabo ayer en general una iniciativa sobre el derecho a la propiedad de territorios y recursos naturales “de los pueblos y naciones preexistentes” (originarios). Aunque la propuesta de norma recién inicia el camino para ser discutida y votada en el pleno de la Convención, refleja un tipo de mirada poco auspicioso para una carta fundamental que aspira a ser “la casa de todos”.
En su reivindicación de derechos de propiedad ancestrales de los pueblos indígenas, el texto de los convencionales argumenta desde la lógica de una nación en guerra consigo misma y con su historia, que se entiende construida en torno al “despojo”, la “usurpación” y la “invasión” de tierras indígenas en el pasado.
Por otro lado, la definición y representación de esos pueblos no se aborda, como tampoco se precisa la delimitación de esos territorios, excepto en términos que la hacen inviable e incompatible con la vigencia del Estado de Chile: “La totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos y naciones preexistentes al Estado ocupan o utilizan, o han poseído, ocupado, utilizado o adquirido de alguna manera, incluyendo el suelo, el subsuelo y los recursos y bienes naturales”.
Sobre ese vasto, pero indefinido espacio, el segundo artículo transitorio de la norma propone decretar “la nulidad de pleno derecho” de todos los permisos y concesiones otorgados por el Estado, en todo rango de actividades (forestal, minera, energía, comunicaciones, etc. ). Esto, en la práctica, supone negar la legitimidad del Estado chileno en ese territorio, y por ende, también la validez de sus decisiones.
Cómo ello resultaría, en caso de aprobarse, en una ganancia concreta para los pueblos indígenas no se especifica, excepto en el plano retórico de la justicia histórica. Pero sobre todo, la propuesta de norma constitucional ejemplifica el tipo de radicalismo que, en su momento, muchos advirtieron, y que podría alejar a la Convención del objetivo primordial de construir un texto que una a los chilenos, no que los divida.