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Alto contrasteEl rescate a la banca española
Un preocupante veredicto emitió ayer el mercado financiero internacional ante el anunciado rescate que decidió la Unión Europea...
Un preocupante veredicto emitió ayer el mercado financiero internacional ante el anunciado rescate que decidió la Unión Europea (UE) del sistema bancario de España. A diferencia de lo que sugirió el entusiasta inicio de las operaciones, las bolsas del Viejo Continente tendieron a rendirse hacia el final de la jornada a cierto escepticismo sobre el alcance de la medida y terminaron con leves bajas, pero bajas al fin.
Más decidor aún que las dudas que se fueron instalando sobre esta acción de la UE, fue que el propio premio por riesgo de la nación hispana siguió al alza.
Todo un cuadro de desánimo que también contagió a las principales plazas de Estados Unidos y de América Latina, reforzando la incertidumbre sobre el curso de los acontecimientos en Europa.
Este escenario negativo, sin embargo, no debiera necesariamente sorprender. Es un hecho que nadie rebatirá lo beneficioso y esperado del rescate a la banca española, pero al mismo tiempo parecen razonables las dudas del mercado a la luz de los ajustes que aún requiere España.
Es cierto, el gobierno de Mariano Rajoy ganó tiempo, pero ahora debe trabajar en la concreción de mayores recortes -con la consabida e impopular austeridad-, así como avanzar en reformas estructurales.
Su carta Gantt es clara, debe sanear sus cuentas fiscales y volver a pensar en recuperar el crecimiento económico, pero ello no implica que sea fácil. Sobre todo, porque en la medida que asume el costo de los intereses del salvataje a la banca, su déficit público se acentuará y no es descartable que el mercado insista en castigar este hecho. ¿Dónde se rompe este círculo vicioso? La duda seguirá latente.
