Después del escándalo de La Polar el tema de las stock options ha sido cuestionado por muchos actores en el mercado, quienes han puesto una interrogante sobre la conveniencia de contar con este tipo de incentivos en las organizaciones.
Hasta antes del caso La Polar, las stock options contaban con viento a su favor, dado que se consideraba que motivaba a los ejecutivos de las empresas a elevar sus rendimientos.
Sin embargo, post La Polar, las dudas comenzaron a generarse en torno a que el objetivo primario podría tentar a algunos a cometer actos irregulares que terminan por afectar la credibilidad de todo el sistema.
Aunque son varios los tipos de incentivos que se pueden aplicar para subir los rendimientos de los trabajadores en una empresa, las stock options han ido ganando terreno en los últimos años, pero aún con una presencia menor frente a otros. Si se observan las empresas del IPSA, de las 40 del listado sólo nueve contemplan este modelo de beneficio.
Si bien son una proporción menor, todas estas compañías suman más del 32% del patrimonio bursátil de todas las acciones que componen el selectivo y su patrimonio llega a US$ 73.333 millones.
Más allá de las estadísticas, lo importante es que cuando se mide el rendimiento de las empresas IPSA frente a las compañías que tienen stock options, se observa que estos programas son eficientes, dado que en siete de las nueve compañías se observan variaciones por sobre el selectivo durante los últimos doce meses, resultado que podría llevar a concluir que tienen un grado de efectividad sobre el negocio.