Tras el acuerdo alcanzado el fin de semana entre los trabajadores, las empresas y el gobierno, para poner fin al paro portuario, se comienzan a sacar cuentas de las pérdidas que ocasionó en los distintos sectores productivos esta movilización, la cual se prolongó durante tres semanas.
Pero las secuelas no se concentran sólo aquí, sino también en la serie de acciones y procedimientos que se deben realizar tras el fin de la paralización para normalizar los envíos.
De hecho, la Cámara Aduanera de Chile ha detallado que las dificultades comienzan con el retiro de los contenedores desde los puertos afectados, lo que requiere una reprogramación por parte de las compañías para su entrega, y la verificación de los trámites antes de que la carga pueda salir.
También se deberá clarificar si habrá cobro de almacenaje por parte de los puertos y costos de sobre estadía de las navieras, todo lo cual recién se tendrá claro la próxima semana. Por tanto, el tema de los puertos está lejos de terminar para las firmas exportadoras e importadoras. Se viene una gran labor cuyos costos probablemente no se calcularán, pero que igual generarán una gran pérdida para el sector.