El cambio de tono de la política monetaria
Ajustado a libreto actuó el consejo del Banco Central chileno el jueves pasado. Tras la reunión de política monetaria...
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Ajustado a libreto actuó el consejo del Banco Central chileno el jueves pasado. Tras la reunión de política monetaria mensual, la entidad comunicó su decisión de mantener -por segundo mes consecutivo- la tasa de interés de referencia en 5,25% y, marcando la diferencia con julio, ya no aludió a la necesidad de realizar aumentos adicionales en el escenario más probable.
Una decisión que a los ojos de la mayoría del mercado se leyó como un punto final a lo que se había denominado proceso de normalización de la política monetaria. Esto, luego que el instituto emisor llevara la tasa a mínimos históricos en 2009 como una forma de apuntalar a la economía nacional ante las restricciones crediticias y la caída en la demanda que acarreó la crisis internacional.
Lo inquietante es que hoy el cambio de tono del banco también se vincula en lo esencial con el escenario externo y, en forma puntual, con los serios problemas fiscales que enfrentan las economías de la eurozona y de EEUU, cuyos indicadores han confirmado en los últimos días el riesgo de otra recesión.
En este contexto, los mercados han entrado en una fase de alta volatilidad, han bajado los precios de los commodities y, por cierto, las expectativas de inflación.
En suma, actualmente en el mundo tampoco se ve margen para esperar alzas de tasas de interés adicionales e, incluso, Brasil -por ejemplo- ya abrió espacio a un eventual relajamiento.
Dado lo anterior, resulta prudente la decisión del Banco Central chileno y especialmente bienvenida la flexibilidad de la política monetaria chilena. Lo ideal es que ese tono también se corrobore por el lado de la política fiscal.