Economía mundial: argumentos para una política comercial
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En el Panorama Económico Mundial que actualizó esta semana, el Fondo Monetario Internacional entregó un diagnóstico poco alentador para gran parte de las economías del mundo, incluyendo a muchos socios de Chile, entre ellos los dos principales: China y Estados Unidos.
Las estimaciones sobre la economía china vienen a la baja desde principios de año, en medida importante debido a los efectos de la restrictiva política de Cero Covid, que ha impuesto severas cuarentenas y paralización de actividades, que han agravado problemas que se arrastran desde antes de la pandemia, como la crisis inmobiliaria. Con ello, el FMI avizora un crecimiento de sólo 3,3% del PIB para la segunda economía mundial en 2022. En tanto, el PIB de EEUU crecería sólo un 2,3% este año y apenas 1% el próximo.
Incluso en un contexto de menor dinamismo global, el comercio internacional sigue siendo una válvula indispensable para la economía chilena.
Pese a lo anterior, el comercio de Chile con ambos países muestra cifras positivas: un aumento de 25% en las exportaciones a China el primer semestre del año respecto de igual período en 2021; y de 20% en el caso de EEUU. Los envíos nacionales también crecieron hacia la Unión Europea (52%), la Alianza del Pacífico (34,8%) y el Mercosur (16,4%), en comparación con el primer semestre del año pasado.
Si algo demuestran estas cifras, es que incluso en un contexto de menor dinamismo mundial, el comercio internacional sigue siendo una válvula indispensable para la economía chilena, que hoy enfrenta expectativas de una recesión que comenzaría este año y se extendería al próximo. Ello debería ser un aliciente para reforzar nuestra integración con el mundo y darle continuidad a esa estrategia a través de nuevas vías, como el TPP-11, por ejemplo, cuya ratificación por parte de Chile está hoy inexplicablemente paralizada por razones de política interna, al igual que la modernización del Acuerdo de Asociación con la UE.
No se percibe en Cancillería una plena conciencia de la relevancia de estos puntos para la economía de Chile, y episodios como el fallido nombramiento del embajador en China -una sede que sigue vacante- refuerzan esa preocupante impresión.
