El peso chileno ha vuelto a depreciarse con fuerza frente al dólar a niveles de 574,5 unidades, algo no visto en casi cinco años, debido, entre otros factores que también incluyen el freno en la actividad nacional, a temores sobre la demanda por materias primas en China, que mantienen deprimido el precio del cobre -apenas por sobre los
US$ 3 libra-, el principal producto de exportación de nuestro país.
Y es que en febrero se registró el mayor descenso en las exportaciones chinas en cuatro años y medio, y la menor inflación en trece meses, en lo que los especialistas consideran como las últimas señales de que la segunda economía del mundo se está desacelerando, lo que refleja los desafíos que tendrán las autoridades de Beijing para alcanzar la meta de crecimiento de 7,5% en 2014, el mismo nivel que estableció para 2013, cuando terminó en 7,7%.
Algunos economistas sostienen que las cifras más recientes muestran que la economía de China enfrenta presiones relativamente grandes, por lo que sugieren que en una coyuntura de baja inflación las políticas macroeconómicas necesitarían ser relajadas para reanimar la actividad y reactivar el voraz apetito del mayor consumidor de materias primas del mundo.