Un informe dado a conocer esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha colocado a Chile como la nación con la mayor desigualdad en los ingresos entre ricos y pobres, de entre las 34 naciones que la integran. Ciertamente, ello se debe matizar con las diferencias que existen entre los distintos países respecto de las mediciones relacionadas especialmente con la pobreza, y que dificultan las comparaciones.
Aún así, el documento destaca que Chile es de las naciones que más ha corregido la tendencia de desigualdad desde que comenzó la crisis financiera a fines de la década pasada. Entre otros indicadores, menciona que Chile redujo en algo más de un punto porcentual su tasa de población pobre entre 2007 y 2010 -sólo superado por Portugal y Estonia-, mientras que en el ingreso promedio de los hogares se ubicó en la quinta posición entre los más bajos, con US$ 13.200.
En medio de un transversal diagnóstico sobre el camino que le queda por recorrer a Chile en materia de desigualdad, los avances en los últimos años apuntan a que el país debe seguir en la misma ruta para continuar acortando las distancias en los ingresos de los hogares.