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Alto contrasteDenuncias que afectan al modelo
Al Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) no le gusta que los precios suban de manera muy drástica.
Al Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) no le gusta que los precios suban de manera muy drástica. Tampoco le agrada que dos oferentes tengan precios muy distintos para un mismo producto o servicio, pero también sospechará si es que esos valores son muy similares.
Para cuidar estas situaciones, el Sernac hace contínuos estudios de mercado, centrados desde años en más o menos los mismos productos y más o menos en las mismas fechas: uniformes y útiles escolares en el verano, mariscos y pescados en Semana Santa, buses interurbanos en días festivos, etc.
Tan similares son los informes que resulta casi imperceptible distinguir el cambio de administración al frente del servicio.
En “los 10 hitos del primer año de la nueva administración del Sernac”, que el servicio publica en su página web, se da cuenta de una política centrada en la denuncia y el control de los oferentes de productos y servicios. Ninguno de esos hitos hace mención a responsabilidades del consumidor o mejor conocimiento de características que definen a una economía de mercado.
Porque frenar los posibles abusos es tan importante como explicar el impacto que un alza repentina en la demanda puede tener en los precios. Las denuncias, en estos casos, no hacen más que afectar la imagen de los oferentes y del modelo económico en su conjunto. Si este organismo tiene pruebas de irregularidades en la determinación de esos valores, entonces la legislación establece las opciones a seguir.
Quizás el Sernac ha demostrado servir como plataforma política y comunicacional demasiado atractiva como para evolucionar.
