Editorial

Decisiones apresuradas

Hoy, en medio de la emergencia nuclear a propósito de los problemas en la planta de Fukushima, puede ser el peor momento para plantear, sugerir o rechazar una estrategia chilena frente al potencial desarrollo de esta energía.

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Hoy, en medio de la emergencia nuclear a propósito de los problemas en la planta de Fukushima, puede ser el peor momento para plantear, sugerir o rechazar una estrategia chilena frente al potencial desarrollo de esta energía.



No sólo se trata de evitar decisiones apresuradas, a partir de los inconvenientes que atraviesa una tecnología obsoleta, ampliamente superada por los nuevos desarrollos, y sobre los cuales aún la información es insuficiente. Evitar juicios a priori en torno a esta materia resulta del todo recomendable tomando en cuenta que la opción nuclear de nuestro país será, necesariamente, el resultado de un extenso proceso. Los expertos estiman que sólo el cumplimiento de las disposiciones mínimas que Chile debería cumplir para contar con la aprobación de los organismos internacionales como país apto para el desarrollo de energía nuclear, supondría un plazo de entre seis y diez años. Recién con dicha autorización, las autoridades locales podrían estar en condiciones de autorizar proyectos nucleares, iniciar la evaluación de las distintas tecnologías, estimar costos de los insumos, etc.

Por lo mismo, en la primaria etapa en la que se encuentra nuestro país, resulta clave el desarrollo de los estudios necesarios para avanzar en estas condiciones que exigen las instancias de evaluación internacionales, para lo cual, es igualmente relevante la firma de acuerdos de cooperación con aquellas naciones más avanzadas en tecnologías nucleares, como Francia o Estados Unidos.

En esa línea se inserta el protocolo sobre la materia entre nuestro país y Washington, tal como lo explicó el secretario adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela. Se trata de “ir profundizando una colaboración en temas científicos y tecnológicos”, especificó. 
Chile requiere avanzar en estudios sobre la alternativa nuclear, porque enfrenta una demanda de energía, derivada de su crecimiento económico, que -si bien parece cubierta para los próximos dos años- tiene una oferta menos asegurada para los ejercicios siguientes. Lo anterior, no significa apoyar de inmediato el desarrollo nuclear, sino evitar que hechos dramáticos como el ocurrido en Japón terminen por descartar una opción segura en muchos países y con tecnologías que avanzan y aprenden de las emergencias como la de Fukushima.

Todas las alternativas, incluyendo energías renovables o tradicionales, deben estar incorporadas en la elaboración de esa estrategia de largo plazo que aborde los requerimientos energéticos de un país que avanza con determinación al desarrollo.

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