e cara a 2021, el director de Presupuestos, Matías Acevedo, señala que la entidad buscará profundizar la línea de mejorar el gasto público, con nuevas revisiones de desembolsos y medidas de austeridad “sostenibles” para atender las “múltiples necesidades de las familias chilenas”.
En lo que es evaluación, se incorporará un nuevo instrumento que apunta a evaluar conjuntos de programas que abordan problemáticas similares.
También, en el período se terminarán evaluaciones sectoriales en dos áreas de política pública: el apresto y habilitación laboral para mujeres; y la promoción de exportaciones, con metodología desarrollada en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En este contexto, el erario de 2022 será uno de los principales desafíos de la repartición. Acevedo espera que el próximo Presupuesto apunte a “priorizar las urgencias de los chilenos para la fase de recuperación e iniciar el camino para la convergencia fiscal, definido en el acuerdo político del Plan Covid de junio del año pasado”.“Esto, en línea con el desarrollo que tenga la pandemia y el desempeño que se espera para la economía”, asegura, recordando que el Congreso le entregó la flexibilidad al Ejecutivo para readecuar los recursos en caso de que la situación sanitaria y económica empeore.
La propagación del Covid-19 significó un fuerte golpe para la economía nacional, la que se asume acusó una caída del orden de 6%, algo no visto desde la crisis de los ‘80. Este tropezón significó una fuerte caída de los ingresos fiscales, en medio de un escenario presionado por entregar ayudas monetarias a las familias más vulerables del país o aquellas que vieron reducir o desaparecer sus entradas debido al desempleo.
De hecho, según el balance de Dipres, en 2020 se tramitaron cerca de 30 proyectos de ley y se implementaron más de 50 medidas que significaron movilizar recursos por cerca de US$ 30.000 millones (10% del PIB) para enfrentar la pandemia.