El viernes recién pasado el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dio a conocer las cifras de empleo para el trimestre noviembre 2013-enero 2014, las cuales resultan especialmente interesantes en el contexto de una economía que durante la segunda mitad de 2013 enfrentó una pronunciada desaceleración
-concentrada principalmente en la inversión- pero cuyo mercado laboral mostro una inusitada resiliencia, la que eventualmente debiese comenzar a ceder de continuar los pobres resultados para el Producto.
Con ello en mente, los resultados pueden considerarse más bien mixtos: por un lado, continúa el gran dinamismo para las mujeres, con un crecimiento de la ocupación femenina de un 3,5% en 12 meses, por sobre el también saludable aumento de la fuerza de trabajo femenina de 3,3% en igual periodo. Estas buenas cifras se traducen en que la tasa de participación femenina (ocupadas/población de 15 años o más) alcance un máximo histórico, aunque aún bajo para el estándar latinoamericano y mundial de 48,5%.
Sin embargo, también se comienzan a apreciar con más fuerza las que pueden entenderse como primeras señales de un mercado laboral más holgado, primero al observar el crecimiento real de las remuneraciones, que a diciembre se situaba en torno al 2%, mientras que a mediados de año superaba incluso el 5%; y al considerar que hace más de 3 años que no se observaba un crecimiento en 12 meses de la ocupación por debajo de la fuerza de trabajo, aunque con la salvedad de que ambas mediciones aún continúan mostrando buenos resultados, con crecimientos de 2,2% y 2,4% en 12 meses, respectivamente.