Editorial

Chile se suma al TPP11: desafío y oportunidad

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A partir de hoy, transcurridos 60 días desde que fuera depositado ante Nueva Zelanda por la Cancillería chilena tras su ratificación en diciembre pasado, estará vigente para nuestro país el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11 o CPTPP).

Chile se integra de esta manera -aunque tras un proceso de aprobación innecesariamente conflictivo y dilatado- a un acuerdo comercial de nueva generación conformado por 11 países de la cuenca del Pacífico que ofrece muy interesantes perspectivas no sólo para el intercambio de productos con ventajas arancelarias entre las partes. También permitirá elevar estándares y protecciones en materias como normas laborales, cuidado del medio ambiente o propiedad intelectual, así como facilitar e impulsar sectores como los servicios financieros, la economía digital y la actividad de pequeñas y medianas empresas.

El gran potencial de este tratado es que Chile se integre a las cadenas de valor en la cuenca del Pacífico.

Por buenos motivos, entonces, representantes del mundo exportador chileno consultados en nuestra edición de ayer se mostraron optimistas de que el TPP11 sea un positivo paso adelante en la estrategia de inserción comercial que Chile ha desarrollado en las últimas cinco décadas, que ha sido sin lugar a dudas un importante pilar de crecimiento económico.

Sin embargo, el mayor potencial de este tratado radica en la posibilidad de que Chile pueda no sólo comerciar en condiciones más favorables con otros países, sino integrarse más estrechamente como eslabón productivo en las cadenas globales de valor que operan en la región económicamente más dinámica del mundo. Las empresas chilenas, grandes y pequeñas, tendrán el desafío de aprovechar el marco que ofrece el TPP11 para explotar ese potencial, agregando valor y competitividad a sus productos, transformándolos en insumos apreciados por sus socios -en especial los de economías más avanzadas-, además de en mercancías valoradas por sus consumidores.

El hecho de que países industrializados como Corea del Sur, Taiwán e incluso el Reino Unido expresen su interés por sumarse al TPP11 da una idea de su gran potencial. Para una economía emergente como la nuestra, se trata a la vez de un reto y de una oportunidad.

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