Carta de navegación pro competitividad
“¡¿Qué les pasa!?” Con esa pregunta, muy similar a la que declamó en su anterior visita al país hace tres años, ayer el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, Michael Porter...
“¡¿Qué les pasa!?” Con esa pregunta, muy similar a la que declamó en su anterior visita al país hace tres años, ayer el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, Michael Porter, volvió a poner el dedo en la llaga del magro desempeño que exhibe el país en diversos rankings relativos a productividad, competitividad y clima para hacer negocios.
Si bien las palabras de Porter coincidieron con una jornada en que el gobierno dio a conocer un programa que abarca un conjunto de 50 medidas de impulso competitivo y con la entrega de los resultados del ranking de competitividad del IMD de Suiza, el cual mostró un avance de tres puestos para el país, lo cierto es que su diagnóstico de fondo sigue siendo válido, en la medida que el país sigue estando al debe en un gran número de dimensiones críticas para dar el salto que hace falta.
La propuesta del profesor Porter apunta a configurar un nuevo paradigma de competitividad, uno donde se hagan esfuerzos sustantivos en pos de reducir los costos de la regulación; uno que se haga cargo de fortalecer los niveles de competencia y rivalidad industrial en el país, que corrija los amplios bolsones de inflexibilidad que anidan en nuestra normativa y prácticas laborales; que fomente políticas de innovación alineadas con las necesidades del país; que se haga cargo del serio problema de centralización y falta de políticas de promoción de clusters; que busque una integración regional, etcétera.
La propuesta de perfilar un nuevo paradigma competitivo debe entenderse como una invitación perentoria a asumir una agenda país más ambiciosa en un mundo donde nuestros pares no han dejado de avanzar.