Aunque distintos indicadores sectoriales venían anticipando desde hace un tiempo que la inversión se estaba corrigiendo a la baja, la proyección del Banco Central de que caerá un 4,1% este año ha ratificado que este factor clave de la economía ha sido uno de los más golpeados en el actual ciclo, y que en ello ha influido con particular fuerza el ambiente de desconfianza advertido por el presidente de la entidad, Rodrigo Vergara.
La inversión no sólo es decisiva para empujar el carro de la actividad económica y la generación de empleo, imprescindibles en el deteriorado escenario actual, sino que también es determinante en la dinámica de las expectativas y el emprendimiento que deben dar sustento al potencial de crecimiento de largo plazo.
Según las estimaciones del Banco Central, la inversión se expandirá un 1,8% en 2015. No parece una cifra ambiciosa, pero que sea una realidad, o mejor aún, pueda ser superada, depende en gran medida de las decisiones políticas y económicas que se adopten hoy, pensando, como planteó Vergara, en cómo avanzaremos todos juntos hacia un mejor país y bajo la premisa de que no solucionaremos nuestros problemas con desconfianzas.