La Reserva Federal de EEUU avanza inexorablemente en su plan de retiro de estímulo. Tal como, en plena crisis, ignoró los reclamos de los países emergentes sobre el efecto que su política ultra expansiva tenía en la apreciación de sus divisas, ahora está aplicando su estrategia de salida paso a paso, ajena al impacto que la masiva salida de capitales está teniendo en la depreciación de las monedas de otras naciones. Pese a los llamados a ver los efectos en el mundo emergente, el mandato del banco central de EEUU es sólo para la economía de ese país, y para con ninguna otra.
Así, es esperable que en la reunión de política monetaria anuncie el miércoles un nuevo recorte en su programa de compra de bonos por otros US$ 10 mil millones mensuales. Pero eso no significa que el encuentro no traerá novedades. Los observadores esperan que la Fed abandone su polémica estrategia de guía futura que ligaba la política monetaria a un nivel específico de desempleo.
Con la cesantía apenas dos décimas porcentuales por sobre el 6,5% fijado como punto de partida para la normalización de las tasas, los expertos creen que los tipos no comenzarán a subir antes del tercer trimestre de 2015.