Editorial

Ante el cambio climático, una agenda responsable

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hile ha hecho una apuesta importante con la decisión de organizar la cumbre mundial sobre cambio climático (COP25) a fin de año, la última antes de que entren en vigor los ambiciosos objetivos planteados por el “Acuerdo de París” en 2015. En síntesis, estos consisten en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a fin de mantener la temperatura del planeta por debajo de 2° C de lo que eran en tiempos preindustriales. El próximo año los países deben especificar sus estrategias al 2050 para reducir dichas emisiones.

Con eso en mente, el gobierno ha elaborado una iniciativa legal que espera presentar al Congreso este año y que pone como meta que Chile sea carbono neutral en 2050. Si bien se trata de un propósito indudablemente loable, es fundamental que cualquier conjunto de medidas para alcanzarlo surja de un proceso en que participen todos los actores involucrados —privados y públicos—, y que dicho proceso contemple con realismo las complejidades y los costos que inevitablemente traerá aparejados una transformación de esa naturaleza.

En especial, es clave que el legítimo objetivo de proteger el medio ambiente no resulte en decisiones, y en legislaciones, que terminen perjudicando el crecimiento y frenando el desarrollo en un marco de sustentabilidad. Como señalaba una columna publicada ayer en estas páginas, algo así podría ocurrir con la moción parlamentaria que busca proteger los glaciares prohibiendo toda actividad en ellos, sin hacer distinciones técnicas entre tipos de glaciar, por ejemplo, con potenciales efectos graves para la minería.

En la actualidad, el cuidado del medioambiente es un fin compartido por los actores económicos responsables, por lo que las observaciones de algunos de ellos al anteproyecto del gobierno —la CPC, entre ellos, como informó DF— deben entenderse desde esa óptica. No hay que olvidar que en este debate también hay amplio espacio para agendas voluntaristas poco constructivas, pero a menudo muy populares, que el progreso de Chile no se puede permitir.

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