Fuerte y claro. Así fue el mensaje enviado este miércoles por el ex presidente Ricardo Lagos en relación a la necesidad de fortalecer los vínculos entre los sectores público y privado de modo de, con voluntad y decisión política, ir desatando los nudos que traban un mayor progreso nacional, muy especialmente en el ámbito de la infraestructura. Las palabras del ex mandatario se dieron en un contexto especial, ya que ese día el ministro de Hacienda sostenía sendas reuniones con los más altos representantes del sector empresarial justamente en busca de reparar confianzas y tender puentes que permitan avizorar una salida del complejo momento económico que se ha instalado en el país a través de una alianza público-privada.
Tanto el llamado del ex presidente como la expresa disposición de ánimo del sector privado de avanzar más claramente en recuperar vigor económico, más que un reproche explícito o implícito, no es sino una oportunidad que no pueden dejar pasar las autoridades. La evidencia estadística no deja margen a la discusión y menos a discusiones improcedentes y anodinas que buscan endosar responsabilidades en esta materia. Si bien el ejercicio de diagnosticar las causas es importante para poder dar con las soluciones adecuadas, dejar en ese plano el debate no habla precisamente de estar a la altura del desafío y las urgencias. Como dijo el ex mandatario, en infraestructura y en muchos ámbitos falta pensar en grande, dejar de sentirse poseedor de la verdad absoluta y entender que el progreso del conjunto de la sociedad es obra de todos los que día a día aplican su esfuerzo y talento al logro de mayores tasas de crecimiento y de un mayor bienestar nacional.