La Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) prepara un nuevo ajuste a la norma de las centrales termoeléctricas, cuya implementación ha sido, por decir lo menos, bastante compleja. Con estos ajustes lo que se pretende es asegurar la calidad de los reportes, fijando condiciones para que las empresas midan los datos de sus Sistemas de Monitoreo Continuo de Emisiones (CEMS por su sigla en inglés). Asimismo, se proporcionarán los lineamientos sobre cómo deben proceder las generadoras de energía eléctrica para sustituir datos perdidos y anómalos, así como en auditorías y revalidaciones.
Lo claro es que todos estos cambios parecen responder a los problemas que ha habido en la primera fase de implementación de la norma, en la que se mide e informan las emisiones de material particulado. La SMA ya inició procesos sancionatorios contra dos de los cinco laboratorios que validan las mediciones de las compañías y las informan a la superintendencia, por incumplimiento de los protocolos para la validación de CEMS.
El problema estaría en que la regulación establece métodos de medición que solo rigen en Chile y para los cuales los laboratorios no están preparados.